El bienestar va mucho más más allá de la parte física, ya que también incluye la salud mental además de cómo encontrar nuestro propósito individual a través de diferentes actividades y terapias alternativas, todo esto con el fin de convertirnos en seres felices y plenos. Uno de los caminos para implementarlo es mediante la práctica del yoga, pues este se encarga de trabajar al mismo tiempo las emociones, la mente, los sentidos, el alma y el cuerpo.
De acuerdo con el texto hinduista sagrado Bhagavad-Gita y los Yoga Sutras de Patanjali (uno de los darshanas o doctrinas dentro del hinduismo), Yoga significa la unión entre el cuerpo, mente y espíritu y es una filosofía de vida que nos muestra a través del movimiento físico (conocido como asanas) y la meditación, formas de autoconocimiento, así como la gratitud y concentración.
¿Por qué practicar yoga?
Como mencionamos anteriormente, el yoga era conocido como una práctica espiritual hace miles de años y actualmente, es una de las actividades físicas más completas, pues mezcla la fuerza, equilibrio, resistencia y elasticidad a través de sus diferentes posturas, acompañadas de ejercicios de respiración y meditación que presentan una mejora notable en la calidad de vida de las personas que la practican ayudando también a disminuir los niveles de estrés.
La gran noticia es que es una actividad que puede ser practicada por todos independientemente de su condición física o edad, pues sus estilos se dividen en niveles de complejidad. Esta disciplina es para ti si buscas encontrar una nueva forma de autoconocimiento y mejorar tu estilo de vida optando por hábitos más saludables. Te enlistamos las 7 razones que necesitas leer para animarte a practicar yoga:
- Reduce ansiedad y estrés: mezclar ejercicio físico con meditación puede contribuir de manera positiva a la disminución del estado de estrés y ansiedad de una manera muy eficaz.
- Mejora el rendimiento y la atención: la práctica de yoga ayuda a estimular los distintos lóbulos cerebrales incluyendo la atención, enfoque y concentración.
- Fortalece el cuerpo: gracias a la lubricación constante, los músculos se fortalecen a medida que avanzamos en la práctica. Esto significa que además de reforzarlos, evitamos la aparición de ácido láctico, así como la pérdida de masa ósea, logrando presentar una mayor fuerza.
- Alivia dolores crónicos: recuerda que es importante verificar que las posturas sean correctas para evitar lesiones y que nos oriente en la forma correcta de alinear nuestro cuerpo, podiendo mejorar el dolor de cuello, espalda, rodillas o dolores más internos.
- Quema calorías y ayuda a la pérdida de peso: se ha demostrado que la práctica constante de yoga implica un gasto calórico de aproximadamente 7 kcal/min dependiendo la intensidad, lo que equivale a perder aproximadamente 507 calorías cada hora de práctica. Se recomienda realizarlo al menos 4 veces por semana en sesiones de 45 minutos a 1 hora.
- Aumenta la flexibilidad muscular: una de las limitantes principales que experimentan las personas, es creer que las posturas son complicadas, pero es importante explicar que el yoga contribuye a mejorar la flexibilidad de los músculos poco a poco. Al principio podrá resultar un poco complicado, pero con la práctica lograrás dominar las diferentes posiciones.
- Implementa el mindfulness: la función principal del mindfulness se centra en experimentar el momento presente de forma consciente, evitando tener pensamientos que nos anclen en el pasado o en el futuro. Esto es posible gracias a la mezcla de respiración y algunas posturas que sugieren fijarnos en cierto punto.
Tipos de yoga para las diferentes necesidades
Existen muchos tipos de yoga y estilos para practicarlos, como es el caso del aeroyoga, pero te queremos explicar más sobre los más practicados para elegir el que se adapte más a tus necesidades.
– Hatha yoga: perfecta para aquellos que quieran iniciarse en esta práctica.
– Yoga kundalini: una buena práctica para aquellos que quieran reducir los niveles de estrés.
– Yoga vinyasa: fortalecer los músculos y aprender nuevas posturas obteniendo una secuencia distinta en cada clase.
– Yoga iyengar: ideal para gente en rehabilitación por lesiones y dolores crónicos.
– Ashtanga yoga: ayuda a la circulación y al fortalecimiento del tronco superior.
– Yin yoga: ayudar a combatir la ansiedad y el estrés, además de incrementar la relajación.
– Yoga restaurativo: ayudará a la relajación muscular, beneficioso para personas en proceso de rehabilitación física y mujeres embarazadas.
– Jivamukti yoga: práctica más espiritual y ética, que incluyen la autorrealización y la meditación.
– Acroyoga: fomentar el trabajo en equipo y de mejorar la fortaleza del cuerpo y el equilibrio.
No te olvides de esto antes de empezar
– Elige un espacio amplio y libre de distracciones, puede ser una habitación dentro de tu casa o incluso en un jardín.
– Utiliza ropa adecuada y cómoda, puedes elegir cualquier opción deportiva.
– Enfócate en lo que estás haciendo y sé consciente de tu respiración. Es el paso más importante, es siempre enfocarte en tu respiración.
– Algunas posturas no saldrán al inicio, así que no fuerces tu cuerpo y permítete fluir en el ejercicio.
– No te olvides de tu botella de agua para mantenerte perfectamente hidratada.
– Recuerda tener tapete de yoga o alguna alfombra para evitar lesiones.
– Complementa con una alimentación variada y nutritiva. Consulta nuestro recetario virtual.
Practica estas 3 posturas para comenzar
- Postura de la montaña: Párate con los pies juntos, hombros relajados, el peso distribuido a través de las plantas de los pies, los brazos a los costados, mentón y vista hacia al frente.
- Postura del árbol: Comienza con la postura de la montaña, flexiona la rodilla derecha y coloca la planta del pie derecho en la parte interior del muslo izquierdo, entre la rodilla y la ingle. Alza los brazos por encima de la cabeza y junta las palmas de las manos. Por último, relaja los brazos y centra la atención en un punto en el suelo.
- Postura del niño: Siéntate sobre los talones, gira el dorso hacia delante, de forma que tu frente descanse frente a ti. Baja el pecho hacia las rodillas tanto como puedas, extendiendo los brazos delante de ti, mantén la postura y concéntrate en la respiración.
Estas son algunas posturas importantes para empezar, puedes ir practicándolas para aumentar la intensidad, fuerza y tiempo de forma gradual. En Nutrioli creemos en el equilibrio y la salud y bienestar natural para sentirte bien por dentro y fuera.
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