Creando hábitos: ¿cómo mejorar mi alimentación en 21 días?

Creando hábitos: ¿cómo mejorar mi alimentación en 21 días?

Muchas veces hemos deseado modificar nuestros hábitos al dejar de hacer aquellos que perjudican nuestra salud, como el fumar o consumir alimentos que presentan un bajo aporte nutricional. E incluso hemos optado por introducir nuevas rutinas saludables a nuestro día a día. Si tú eres de las personas que se repite el “mañana empiezo” y al llegar ese día se atraviesan circunstancias, excusas o simplemente se presenta un periodo de desmotivación, este artículo es para ti.

Creando hábitos: ¿cómo mejorar mi alimentación en 21 días?

¿Por qué mejorar tus hábitos?

Primero, es importante saber que los hábitos se crean a manera de automatizar y cambiar ciertas conductas con el fin de poder concentrar nuestro tiempo y energía en realizar otras cosas, por ejemplo, experimentar nuevas sensaciones o crear cosas nuevas y no en actividades cotidianas como respirar, comer o caminar. Si nuestro cuerpo tuviera que responder a una gran cantidad de estímulos al mismo tiempo, sería un caos, es por eso que debe priorizar.

Cuando modificamos algunas conductas y buscamos adaptarnos a un hábito nuevo, comúnmente se hace por una razón principal. Pero, ¿qué pensarías si te decimos que puedes adoptar un hábito y gozar de estos cambios de manera permanente?

Tanto los hábitos negativos, como los positivos, se aprenden, es decir, se forman como resultado de una acción que repites constantemente. Por lo que podemos decir, para generar un hábito, debe pasar por un proceso de aprendizaje. El factor clave está en la repetición, pues de esta forma nuestro cerebro será capaz de crear las conexiones neuronales necesarias para realizar la conducta que queremos fomentar y realizarlo de manera inconsciente.

Pasos para crear un hábito

La motivación es el punto más importante al momento de modificar o implementar nuevos hábitos, pero esto no significa que es el primer paso, pues la motivación no es un punto de partida, sino que es un proceso que se construye mientras vas actuando, si te preguntas ¿cómo hacer eso? La respuesta es muy sencilla, únicamente tienes que cuestionarte cuáles son tus necesidades, construir un diálogo interno positivo y diseñar tu camino:

Establece metas claras y reales: comienza estableciendo metas pequeñas y ve aumentando poco a poco su complejidad, por ejemplo, si entre tus nuevos hábitos está el hacer actividad física puedes comenzar con una caminata diaria de 15 minutos y luego incrementarla a 30, posteriormente a 45 y finalmente pasar de caminar a trotar o correr. Es crucial definir los hábitos de manera clara y concreta, pues no es lo mismo ponernos como meta caminar, que salir a caminar diario antes de desayunar.

Define un plan y fomenta tu autoconfianza: lo más relevante al proponernos transformar o iniciar un nuevo hábito es eliminar todas la excusas e impedimentos posibles, desde el “no tener tiempo”, hasta el “surgió algo más importante”. Es por eso que, al comprometerte, buscar el espacio y tiempo correctos deberán ser puntos fundamentales de partida al definir tu plan de acción.

Apóyate de herramientas: hay opciones infinitas para crear moodboards inspiradores, frases motivacionales, recordatorios y alarmas que te ayuden a recordar que hacer durante el proceso y a olvidarte poco a poco de esas barreras que te impiden acercarte a tus metas.

Revisa los avances: es fundamental medir el impacto de nuestras nuevas rutinas cada periodo de tiempo para tener un mayor control de todo lo que vamos logrando. De igual forma, conocer las razones que nos han hecho retrasarnos en los avances. Lo mejor que puedes hacer es llevar una libreta o crear un documento donde apuntes fechas y razones. Por ejemplo, me resfrié y no pude hacer ejercicio por 5 días o tuve que hacer un viaje de negocios y no pude cumplir con mi nueva dieta alimenticia por 3 días, entre otros.

Celebra cualquier logro: es importante aceptar que cada persona tiene su propio proceso, recuerda que el que persevera alcanza, pero el que tiene paciencia, lo logra. Así que sé amorosa y paciente contigo, cada logro por más pequeño que parezca es importante. Celebra esos 600 gr menos, celebra esos 3 días sin fumar, celebra esas ensaladas que te permitieron comer más verduras. Cada pasito nos acerca más a la meta final.

Otros hábitos a mejorar

Si te preguntas que tipos de hábitos puedes incorporar, aquí te compartimos una lista de algunos que pueden inspirarte al momento de establecer tus metas y crear tu plan de acción:

Comida saludable: implementar un hábito alimenticio equilibrado que te permita nutrirte e hidratarte completamente es clave. Recuerda elegir un plan que se adecúe a tus necesidades, así te podrás asegurar de que tu organismo tendrá la capacidad de fortalecer y proteger tu sistema ante la posible presencia de enfermedades e infecciones.

Actividad física: según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la inactividad física es uno de los factores relevantes de riesgo en lo que respecta a la mortalidad a nivel mundial. Mantenerte en constante movimiento no solo ayudará a mejorar tu rendimiento físico, sino también te ayudará a sentirte bien físicamente y a llevar una vida más sana.

Salud mental: existen grandes distractores de nuestro bienestar emocional, tal como el estrés diario. Por eso es importante practicar distintas actividades como el yoga o la meditación para ayudarnos a fortalecer nuestra mente. Otra gran opción es practicar mindfulness para ayudarnos a dejar de preocuparnos por aquellas situaciones que aún no pasan y a comenzar a disfrutar de nuestro momento presente.

Limpieza e higiene: no solo se trata de mantener nuestro cuerpo perfectamente limpio, también se trata del orden y la higiene de todo lo que nos rodea, desde nuestra casa, hasta la ropa que usamos. Además de ayudarnos a sentir mejor, nos ayudará a vivir mejor.

Dormir bien: el descanso es una de las cosas más importantes, ya que el no dormir bien puede afectar nuestra salud física y emocional, puesto que podemos comenzar a presentar problemas como: falta de concentración, dolor de cabeza, irritabilidad, cansancio y hasta reducción de reflejos. Lo recomendable es dormir como mínimo de 6 a 8 horas ininterrumpidas.

Lógralo en tan solo 21 días

De acuerdo con una propuesta hecha por el psicólogo estadounidense William James, todos requerimos de un proceso de 21 días para que nuestro cerebro tome como aprendizaje una conducta repetitiva y logre almacenarla como un hábito. Por lo que podemos decir que necesitas una constancia de 21 días realizando cierta actividad para que logres acostumbrarte al 100% a ella.

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